domingo, 30 de marzo de 2008

Moncayo

Desde mi ventana Moncayo
se ve tan hermoso...
En invierno, cuando la nieve
cubre su cima, la luna en él se mira,
brilla cual faro fuera, que en la
lejanía nos protege y guía.
Desde mi ventana,
en los atardeceres de diciembre,
el cielo se tiñe de rojo y
el sol se oculta en los campos
de Plandenas,
la nieve se torna escarlata
y, al contemplar tan
bello milagro, siento que Dios existe,
que soy parte del milagro que contemplo.
Por ello me siento dichosa de
tener el privilegio de contemplar
tal belleza desde mi ventana.
Moncayo se ve tan hermoso...

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